Por Alejandra Figini, Country Manager Gi Group Argentina

 

“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”

Día por medio leo críticas a nosotros, los temidos “Selectores de Personal”. Con 30 años de trayectoria en consultoría de Recursos Humanos, me encantaría compartir cómo se realizan los procesos selectivos en la gran mayoría de los casos.

Verdad Numero 1: Los primeros interesados en que una persona que postula para un empleo sea apta para presentarla a nuestros clientes, somos nosotros. ¡¿Qué más queremos que el primer candidato sea el ideal y obtenga la vacante?!

Verdad Numero 2: En la mayoría de los casos somos necesarios y es por esto que más del 80% de las empresas tercerizan la selección de su personal. Es una actividad que requiere de mucha dedicación, atención al detalle y aplicación de herramientas metodológicas. Es por esto que muchas empresas no encuentran sentido en realizarlo internamente o no disponen de los recursos. En ocasiones, es tal la cantidad de candidatos que la sola lectura y clasificación de las candidaturas toma días enteros de trabajo, armado de matrices comparativas y muchas, muchas llamadas telefónicas y horas de entrevistas. Para otras posiciones, los candidatos son tan pocos, que es necesario salir a buscarlos. A esto se suman temas de confidencialidad, seguridad, comprobación de datos, imparcialidad y transparencia en los procesos para evitar abusos.

Verdad número 3: No tenemos una voluntad expresa de perjudicar al candidato, ni de negarle acceso a la información. Conducimos muchas entrevistas a lo largo del día e intentamos brindar a cada candidato las mismas posibilidades y la misma información.  Y sí, aunque somos profesionales y hacemos todo lo posible, hay veces que estamos cansados o nos ponemos de peor humor…

 

Ahora quiero compartir algunas cosas que nos fastidian a los selectores de personal al recibir postulaciones:

  • CV o experiencia exagerados: Dar la impresión de que ocupaste puestos más importantes que los que realmente hiciste, mal predispone la lectura. Por ejemplo, “controlar stock de mercaderías” es una forma de auditar, pero cuando decimos “Auditor”, los selectores nos referimos a otra cosa…Controlar stock es eso: ¡control de stock!
  • Colocar el nombre de la empresa y no a qué se dedica. Los selectores conocemos muchas empresas, pero no todas. Si es una empresa no conocida por el común de la gente, es necesario que coloques el rubro, y si la posición es gerencial, algunos números que nos ayuden a orientarnos (facturación, número de empleados, sucursales, etc.)
  • Puestos con nombres estrafalarios no descriptivos o siglas. Ser un Business Developer Manager o KAM puede ser atractivo en una tarjeta de presentación, pero el selector que lea tu CV puede no saber inglés y él simplemente busca gente que haya sido “Gerente Comercial”. Un título extraño en tu CV puede generar que te mande a la carpeta de los “NO”.
  • Puestos sin funciones: A menos que hayas sido CEO de una multinacional, ¡a describir tu puesto! Un contador puede realizar muchas tareas diferentes en una empresa, necesitamos saber cuáles realizaste vos. Dependiendo de la empresa, un vendedor puede también facturar o realizar órdenes de pedido, mientras que otros vendedores no.
  • Fechas vagas, sin los meses: cuando en un CV sólo aparece el año, sabemos que lo más probable es que hayas estado en el trabajo sólo unos meses. Siempre la transparencia es la mejor opción.
  • Idiomas “Nivel intermedio”: Hacete estas preguntas: ¿Soy capaz de mantener una conversación telefónica o presencial con alguien en este idioma? ¿Puedo escribir? ¿Puedo comprender cuando me hablan o leer un mail sin traductor? Si la respuesta es sí, el nivel es avanzado. Si las respuestas son “No”, “Sí, pero no me animo” o “Depende”, tu nivel es básico. Si podés ver una película, escuchar música o la radio en ese idioma y entender todo, sos bilingüe.
  • Las personas que no ponen la remuneración pretendida cuando se la pide. La mayoría de las veces nosotros sabemos cuánto paga el puesto, pero no estamos autorizados a difundirlo. Si no lo ponés, corrés el riesgo de que contactemos a quienes sí se animaron a poner un número y sólo después, quizás, te llamemos para preguntarte.
  • Muchas rotaciones menores a un año después de los 25/30 años. Si te la pasas cambiando por mejores ofertas, tendremos miedo de que hagas lo mismo y si te echan de todos lados, también nos asustamos.
  • Los que se postulan para cualquier puesto, aunque no cumplan ninguno de los requisitos.
  • Los CV que vienen en archivos que se llaman “CV”. Esto nos obliga a renombrar y “Guardar como” cada CV que recibimos (y algunos días tenemos mejor voluntad que otros).

 

Por último, les cuento que sería genial poder entrevistar al todo el mundo para conocerlo y aún mejor poder emplear a gente que nunca realizó un trabajo determinado en algunas posiciones porque estoy segura de que muchos lo harían muy bien. Pero la verdad (que no tiene remedio) es que debemos, en un período limitado de tiempo, encontrar la persona más calificada y adecuada para cada posición y cada empresa. Es decir, tomar las mejores decisiones en base a la información de la que disponemos. Por eso, ustedes también hagan un esfuerzo y envíen un CV con información clara, verdadera y relevante para la posición.